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Vayeshev y Jánuca: Superando Montañas con Fe

Actualizado: 10 dic 2023

Una historia de Yosef, Januka y Viktor Frankl

Cada año, como si fuera un tejido divinamente orquestado, la Parashá Vayeshev se encuentra con la festividad de Janucá. Esta coincidencia no es meramente casual; ambos momentos en nuestro calendario judío están impregnados de sueños y milagros. Por un lado, tenemos la historia de Janucá, con su milagroso aceite que ardió durante ocho días; por otro, la narrativa de Yosef, un relato de sueños proféticos y giros inesperados del destino. En esta exploración, viajaremos a través de estas historias, descubriendo cómo cada una ilumina aspectos profundos de nuestra experiencia espiritual y diaria.

Todo lo que la persona tenga (mucho o poco) es lo necesario para atravesar esa montaña que tanto le aterra. Cuando internalicemos esto,será mas fácil agradecer al Eterno por lo que uno tiene (aun siendo problemas); Todo es cuestión de percepción, piénsalo de esta forma:

Parte 1: Janucá - La Lucha y la Luz


En el corazón de la festividad de Janucá yace un relato de resistencia, fe y el triunfo de la luz sobre la oscuridad. La historia comienza en una era de gran turbulencia para el pueblo judío. Dominados por el poderoso imperio seléucida, se enfrentaron a una opresión implacable que buscaba erradicar su identidad y prácticas religiosas. Fue en este contexto de desafío donde surgió la chispa de la rebelión, encendida por la familia de los Macabeos.


La victoria de los Macabeos sobre los seléucidas fue, en sí misma, un acontecimiento extraordinario. Un grupo pequeño y aparentemente débil superó a un enemigo mucho más grande y poderoso. Este triunfo es un recordatorio poderoso de que la fe y la determinación pueden prevalecer incluso contra las probabilidades más abrumadoras.

Pero el corazón de la historia de Janucá reside en el milagro del aceite. Tras recuperar el Templo de Jerusalén, los Macabeos encontraron un pequeño jarro de aceite, suficiente solo para un día. Sin embargo, en un acto de fe, encendieron la menorá del Templo con este aceite. Milagrosamente, el aceite ardió durante ocho días completos, tiempo suficiente para preparar más aceite consagrado. Este milagro simboliza la luz de la esperanza y la presencia divina, manteniéndose incluso en los momentos más oscuros.

La menorá encendida se convierte en un símbolo poderoso de resistencia y fe. En la oscuridad de la opresión, una llama pequeña y frágil se mantuvo ardiente, desafiando todas las expectativas. Este milagro nos enseña que incluso cuando nos enfrentamos a grandes desafíos, cuando nuestras reservas de fuerza y esperanza parecen agotadas, puede surgir una luz inesperada para guiarnos y sostenernos.

Janucá es, por lo tanto, una celebración de la supervivencia y la perseverancia. Cada año, al encender las velas de la Janukiá, recordamos no solo un milagro antiguo, sino también la capacidad continua del espíritu humano para superar la adversidad. Las velas iluminan no solo nuestras casas, sino también nuestras almas, recordándonos que la fe, incluso del tamaño de un pequeño jarro de aceite, puede traer luz a la oscuridad más profunda.

Esta parte de la historia de Janucá establece un marco para explorar cómo, en tiempos de desesperación y lucha, incluso la menor señal de esperanza o milagro puede tener un impacto transformador en nuestras vidas. Nos prepara para mirar más profundamente en las historias de Yosef y Viktor Frankl, buscando paralelos y lecciones que podemos aplicar en nuestro propio viaje.


Yosef en el Pozo - Sueños y Señales


La historia de Yosef, que se detalla en la Parashá Vayeshev, nos lleva por un camino de sueños proféticos, traición y, finalmente, redención. La narrativa comienza con un joven Yosef, amado por su padre pero envidiado por sus hermanos. Sus sueños, que presagiaban su futura ascensión sobre sus familiares, solo exacerbaban las tensiones. En un acto de celos y desesperación, sus hermanos lo arrojan a un pozo vacío, un lugar de oscuridad y aislamiento, simbolizando una caída profunda tanto literal como metafórica.


Lo que sigue es un giro sorprendente en la historia. Yosef es sacado del pozo, no para ser devuelto a la seguridad de su hogar, sino para ser vendido a una caravana de comerciantes ismaelitas. Aquí, en este momento de desesperación, surge un detalle inusual, señalado por Rashi en su comentario al versículo Génesis 37:25 basado en el Midrash Raba. Mientras que normalmente estas caravanas llevaban especias y bálsamos de olor desagradable, la caravana que transportó a Yosef estaba cargada con especias fragantes. Este detalle, aunque pequeño y fácil de pasar por alto, es significativo. En medio de su trayectoria hacia lo desconocido, rodeado de incertidumbre y miedo, Yosef encuentra una señal de consuelo, un recordatorio sutil de la presencia y cuidado divinos.

Este momento en la vida de Yosef refleja una verdad más amplia: en nuestros momentos más oscuros, cuando parecemos estar atrapados en el "pozo" de nuestras propias luchas y desafíos, pueden surgir señales inesperadas de esperanza y guía. Estas señales, por más pequeñas que sean, nos recuerdan que no estamos solos en nuestra adversidad. Para Yosef, la fragancia agradable fue un faro de luz en la oscuridad, un indicio de que su historia estaba lejos de terminar y que había un propósito mayor en sus pruebas.


Al igual que en la historia de Janucá, donde un pequeño jarro de aceite se convirtió en un símbolo de resistencia y fe, la experiencia de Yosef nos enseña a estar atentos a las "chispas" de luz en nuestras propias vidas. Estas chispas pueden presentarse de maneras inesperadas y en momentos en que más lo necesitamos, brindándonos consuelo y recordándonos que hay un plan divino más grande en juego.


Viktor Frankl y la Búsqueda de Sentido


La historia de Viktor Frankl, un neurólogo y psiquiatra austriaco, sobreviviente del Holocausto, ofrece una perspectiva contemporánea y profunda sobre cómo encontrar luz en los momentos más oscuros. Frankl, quien vivió las atrocidades de los campos de concentración nazis, enfrentó desafíos inimaginables, pero su experiencia y reflexiones brindan un testimonio poderoso de la resiliencia humana y la importancia de buscar un sentido incluso en la adversidad más extrema.

En su libro emblemático, "El hombre en busca de sentido", Frankl describe cómo, en medio del sufrimiento inenarrable, descubrió que la clave para sobrevivir era encontrar un propósito. A pesar de estar rodeado de muerte, desesperanza y brutalidad, Frankl se aferró a la creencia de que la vida tiene un sentido inherente y que incluso en las peores circunstancias, uno puede encontrar razones para continuar.

Esta búsqueda de sentido es paralela a las chispas de luz en las historias de Janucá y Yosef. Al igual que el aceite milagroso que ardió durante ocho días y la fragancia inesperada en la caravana de Yosef, la capacidad de Frankl para encontrar propósito en el sufrimiento fue una chispa de luz en un lugar de oscuridad abrumadora. Su convicción de que no todo es aleatorio y que hay un propósito más grande detrás de nuestras experiencias, incluso en el sufrimiento, ofrece un poderoso recordatorio de la resistencia del espíritu humano.


Frankl sostuvo que, aunque no podemos evitar el sufrimiento, podemos elegir cómo responder a él, podemos encontrar un significado en él y avanzar con un propósito renovado. Esta elección, según Frankl, es la fuente de nuestra fortaleza. En su caso, el significado provino de su amor por su esposa, su compromiso con su trabajo y su deseo de compartir sus enseñanzas con el mundo, incluso después de experimentar una tragedia personal y colectiva.


La historia de Viktor Frankl nos enseña que, en nuestros propios "campos de concentración" metafóricos, ya sea en forma de desafíos personales, profesionales o espirituales, podemos encontrar señales de esperanza y propósito. Al igual que las luces de la Janukiá, nuestras pequeñas victorias y descubrimientos de significado pueden iluminar los rincones más oscuros de nuestras vidas.

La lección de Frankl nos prepara para la conclusión de nuestro viaje, donde uniremos las historias y temas de Janucá, Yosef y la experiencia de Frankl, destacando cómo las chispas de luz y sentido pueden guiarnos a través de cualquier desafío.


Revelación - Las Chispas de la Fe Divina


La unión de las historias de Janucá, Yosef y Viktor Frankl nos lleva a una revelación profunda: en cada una de estas narrativas, las pequeñas "chispas" de luz y sentido son manifestaciones de la fe divina en nosotros. Estas chispas, ya sean en forma de un milagroso aceite que arde, una fragancia inesperadamente agradable, o la búsqueda de un propósito en la adversidad más profunda, son recordatorios de que hay una presencia y un propósito más grandes en nuestras vidas.

Estos momentos no son casualidades. Son señales de que, incluso en la oscuridad más profunda, hay una guía y un plan divinos. En el caso de Yosef, la presencia de especias fragantes en su camino hacia lo desconocido fue un indicio de que su historia estaba lejos de terminar. Para los Macabeos, el aceite que mantuvo la menorá encendida contra toda expectativa fue una señal de esperanza y renovación. Y para Frankl, la capacidad de encontrar un propósito en el sufrimiento fue una luz que guió su resistencia y su futuro trabajo.


Estas historias nos enseñan la importancia de aferrarse a la fe y la esperanza. No importa cuán oscura parezca nuestra situación, hay siempre señales de luz y guía si elegimos verlas. Estas chispas son recordatorios de que estamos protegidos y guiados, y que hay un sentido incluso en los desafíos más difíciles. Nos animan a buscar y encontrar nuestro propio propósito, nuestra propia luz, en nuestras circunstancias.

La fe divina en nosotros se revela en estas pequeñas señales. Nos muestran que no estamos solos en nuestra lucha, que cada desafío es una oportunidad para crecer y que cada momento oscuro tiene el potencial de revelar una luz brillante. Al igual que las velas de Janucá, estas chispas pueden iluminar no solo nuestro camino, sino también el camino de aquellos que nos rodean, convirtiendo las pruebas en testimonios de esperanza y fortaleza.


Conclusión:

¨No está la persona obligada a acabar el trabajo, pero no está exento de abandonarlo¨ . (Pirkei Abot 2:21).

Este principio resuena profundamente en el contexto de nuestras discusiones. Al igual que los Macabeos, Yosef y Viktor Frankl, estamos llamados a actuar con perseverancia y fe, sin la obligación de completar la tarea, pero con la responsabilidad de no abandonar nuestro esfuerzo.

Cada mañana, al recitar el “Mode Ani”, expresamos nuestra gratitud: “Doy gracias ante ti, Rey vivo y eterno, por haberme devuelto mi alma con compasión; grande es tu confianza en Mí”. Este acto matutino no es solo un ritual, sino un reconocimiento de la confianza que el Creador deposita en nosotros. Nos recuerda que, si se nos ha concedido un nuevo día, es porque hay un propósito para nosotros, un papel que desempeñar en el tapiz continuo de la vida.

Al reflexionar sobre los milagros de Janucá, vemos no solo la superación de los pocos contra los muchos, sino también cómo un pequeño jarro de aceite se convirtió en un símbolo de resistencia y fe duradera. La luz de la Janukiá no es solo un recordatorio de los milagros pasados, sino un símbolo viviente de la fe que tenemos en el Creador y, más importante aún, la fe que Él tiene en nosotros. Nos muestra año tras año que las batallas se ganan y los desafíos se superan no solo con fuerza, grandeza o números, sino con la persistencia y la luz que nos ha sido dada.

¨Aunque atraviese el Valle de la muerte, no temeré mal alguno; porque tú estás conmigo...¨ (Salmos 23:4)

Este versículo encapsula la esencia de nuestra fe y confianza, tanto en los momentos de luz como en los de oscuridad. Al igual que en Janucá, cada chispa de luz que encontramos y cada pequeño milagro que experimentamos es un recordatorio de esa presencia constante y cuidadora.


Entonces, nos enfrentamos a dos preguntas esenciales:


¿Tienes suficiente confianza en ÉL? ¿Y en Ti?


Al reflexionar sobre estas preguntas, recordemos que cada día, cada desafío, cada pequeña chispa de luz, es una oportunidad para fortalecer esa confianza, para tomar la mano del Creador y caminar juntos hacia el cambio y la iluminación, no solo de nuestras propias vidas, sino del mundo entero.


¨Comienza tu día agradeciéndole a Dios. Si no por tu fe en El, al menos por su fe en ti¨ R. Menachem M. Schneerson Z¨TL)

Comparto por ahi una cancion que grabamos hace un par de años ;)


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 Este es ‘FeConCiencia’. Te invito a explorar una perspectiva poco común respondiendo a estas preguntas que nos persiguen en la vida y muchos prefieren evitar.

 

Esto es para los valientes que se atreven a cuestionar y desafiar para profundizar y reforzar en su fe. Es hora de llevar nuestro entendimiento a un judaísmo maduro

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