Lag Baomer -El Fuego Interior
- Jack Levy
- 14 may
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 16 may
Por Jack Levy
Me acuerdo exactamente el momento en que me cayó un veinte. Fue mientras veía una fogata rodeado de amigos y alguien —no recuerdo exactamente quién— dijo algo que me atravesó:
“La madera no produce fuego. Lo guarda.”

Me quedé callado.No por falta de respuestas, sino porque esa frase no pedía respuestas.Pedía silencio.
La madera no se enciende desde afuera.Se revela desde adentro.Durante años absorbió sol, viento, agua, vida.Y cuando arde, no se destruye. Se libera.
Y entonces me pregunté:¿Cuánta luz he estado guardando sin saberlo?¿Cuántas ideas, emociones, impulsos sagrados siguen esperando ser encendidos?
¿Cuántas veces me sentí “apagado”...cuando en realidad estaba conteniendo un fuego que aún no sabía recibir?
Eso es Lag BaOmer para mí.No una tradición más.No una noche para subir historias de fogatas y canciones.Es un recordatorio.Un espejo silencioso que te pregunta:
¿Estás listo para liberar la luz que guardas?
El fuego interrumpido
En medio del conteo del Omer —ese camino de 49 días entre Pesaj y Shavuot—hay una pausa extraña.Un alto inesperado.
Venimos de días de luto.Por la muerte de 24,000 alumnos de Rabí Akiva.Sabios. Devotos. Pero incapaces de respetarse entre ellos.
Y de pronto… se apaga el llanto.Se prende el fuego.¿Por qué?
Porque en medio del duelo… algo se reveló.Una llama distinta.No la de los que compiten por la razón.Sino la de quien aprendió a arder… en silencio.
Rabí Shimón Bar Yojai.
La cueva no fue castigo. Fue horno.

Perseguido por el Imperio Romano,escondido con su hijo en una cueva,sin más alimento que algarrobasy sin más bebida que agua de manantial,Rabí Shimón no se convirtió en víctima.Se convirtió en vasija.
Pasó doce años en la sombra.No para deprimirse.Para destilar luz.
Y cuando salió… no trajo discursos.Trajo el Zohar —la luz oculta.Una revelación que no nació del cielo,sino desde adentro.
Pero antes… se equivocó
La historia del Talmud es clara.
Cuando Rabí Shimón salió por primera vez de la cueva,lo que vio lo llenó de rabia:
Gente sembrando. Trabajando.Viviendo vidas normales.
Él, que había tocado la eternidad…no podía tolerar la normalidad.
¿Y qué hizo?
Donde ponía los ojos, quemaba.Literalmente.
Y entonces, Dios le dice:“¿Saliste para destruir Mi mundo?”
Y lo regresa.A la cueva.Al silencio.
No porque su fuego fuera falso.Sino porque todavía no sabía cómo sostenerlo sin quemar.
No basta con tener fuego.

Hay que tener vasija.
Cuando Rabí Shimón vuelve a salir… ya no quema. Repara.Aprende a ver.Aprende a respetar.Aprende que hay quienes también aman a Dios… aunque no lo sirvan como tú.
Y solo entonces… nace su verdadera luz.El Zohar.La luz que no cayó del cielo como rayo.La luz que brotó desde abajo como chispa.
“Lo BaShamayim Hi” — Ya no está en el cielo
La Torá fue entregada una vez.Dios ya nos habló.Hit’orerut d’Elah — el despertar desde arriba — ya ocurrió en Sinaí.
Ahora, nos toca a nosotros.Hit’orerut d’Tata — el despertar desde abajo.
No buscamos una nueva luz.Liberamos la que ya guardamos.
Por eso Rabí Yehoshúa, frente a una voz celestial, se levanta y dice:“Lo BaShamayim Hi.”Ya no está en el cielo.Está aquí. En nuestras decisiones. En nuestro fuego.
Por eso prendemos fuego.No como símbolo.Sino como código.Porque ese día… se liberó una luz que siempre estuvo ahí.
Kabaláh no es misticismo. Es recibimiento.

Kabaláh significa “recibir”.Pero no recibir pasivamente.Sino recibir activamente lo que ya es tuyo, pero aún no te atreves a sostener.
Recibir tu historia.Recibir tu fuego.Recibir la parte de Dios que está esperando que te reconozcas.
No se trata de perfeccionarte hasta “merecer”.Se trata de dejar de temerle a lo que ya arde en ti.
El fuego como testigo
Hoy vuelves a prender una fogata.Pero hazlo distinto.Hazlo como quien recuerda.Como quien ya no espera que algo venga de afuera…porque entendió que el fuego más real es el que ya está adentro.
Y si estás en tu cueva…quédate.Pero no la uses para huir.Úsala para afinar. Para contener. Para liberar.
Y si ya saliste…no te vuelvas dogma.No seas el que quema.Sé el que sostiene.
Porque si lo haces,si prendes esa fogata con conciencia,si te quedas en silencio y dejas que el calor te abrace,entonces quizás…esa noche no solo sea una tradición más.
Será la noche en que tu fuego —por fin— encontró liberarse.
Comments