top of page

Beha'alotejá -Antes de irte… quédate contigo

Por Jack Levy

🛑 Disclaimer

Este texto aborda temas sensibles relacionados con salud mental y suicidio. No reemplaza ayuda profesional. Si estás en crisis, pide ayuda. No estás solo.

¿Alguna vez pensaste en morirte?

No lo calles. No lo escondas. No lo disfraces con espiritualidad barata.

Pensarlo no te hace débil.Te hace humano.Nombrarlo no traiciona a Dios. Es la confesión cruda de alguien que ya no sabe cómo seguir… pero sigue.

Y si lo has sentido, escúchame: No estás solo.


Hasta Moshé —sí, el hombre que habló cara a cara con Dios— pidió morirse:

“Y si así vas a hacer conmigo, mejor quítame la vida…”(Bemidbar 11:15)

Elías, el profeta de fuego, también se quebró:

“Basta, Dios. Quítame la vida, porque no soy mejor que mis padres.”(Melajim I, 19:4)

Iyov maldijo el día en que nació.Gritó. Se quejó. Suplicó no haber sido creado.

“¿Por qué no morí yo en el vientre?”(Iyov 3:11)

Y ¿sabes qué? Ninguno de ellos fue castigado por eso.

Nadie les gritó “¡cómo te atreves!”.Nadie les dijo “échale ganas”.Nadie los mandó a orar más fuerte o a pensar positivo.

Dios los escuchó.Los sostuvo.Y los dejó llorar.

Porque en la Torá, el alma no es una máquina. Es fuego. Y hasta el fuego más sagrado necesita aire…para no apagarse.

Entonces ¿por qué nos da tanto miedo hablarlo?

¿Por qué si los grandes de la historia pudieron quebrarse…tú no puedes?

¿Por qué si alguien llora por amor, lo abrazamos…pero si llora por existir, lo callamos?

Este texto no es terapia. No reemplaza ayuda profesional. No pretende salvarte…pero tal vez pueda acompañarte.

Esto es una cuerda.Un espejo.Un susurro para tu alma,cuando ya no escuchas ni la tuya.

Porque si alguna vez pensaste en morirte…no estás roto.Estás vivo.Y eso —aunque no lo creas—ya es un milagro.


Behaalotejá: Cuando hasta la luz duda

Esta es una perashá que no tiene piedad. No maquilla nada. No espiritualiza lo insoportable.Te lanza a la cara un hecho brutal: ni la revelación te salva del vacío.

Behaalotejá arranca con un mandato aparentemente luminoso:

“Cuando enciendas las lámparas…”(Números 8:2)

Aharón, el sumo sacerdote, debe encender la Menorá.Una flama sagrada. Una luz que sube por sí sola.Pero apenas unos versículos después… todo cae. Todo se tuerce.


Unos hombres se acercan a Moshé:“No pudimos hacer el Korbán Pesaj. Estábamos impuros. ¿Qué hacemos?”

Y Moshé no sabe. Se voltea a Dios. Y aparece algo hermoso: Pesaj Shení.Una segunda oportunidad.Un eco divino que dice: no estás fuera aunque hayas llegado tarde.

Pero el pueblo quiere más.

“¿Quién nos dará carne?”“Recordamos el pescado, los pepinos, los melones…”(Números 11)

Empieza la nostalgia tóxica.Idealizan Egipto.Prefieren esclavitud con menú… que libertad con incertidumbre.Y Moshé —que ya venía cansado— colapsa:

“¿Acaso soy yo su madre? ¿De dónde voy a sacar carne?Ya no puedo más. Si así vas a tratarme, mátame.”(Números 11:11–15)

Y ahí… silencio.

No es castigo. No es reproche. Dios responde con ternura: “No tienes que hacerlo solo.” Y le manda 70 ancianos para compartir la carga.


Dos hombres —Eldad y Meidad— empiezan a profetizar fuera del campamento.Yehoshúa se escandaliza: “¡Detenlos!”Moshé responde con una frase que lo revela todo:

“Ojalá todo el pueblo de Dios fuera profeta.”(Números 11:29)

Ojalá todos se atrevieran a hablar. A gritar.A decir: “Ya no puedo.”A dejar de fingir que están bien cuando están quebrados por dentro.


Después viene otra caída. Otra sombra.

Miriam —la hermana de Moshé— habla mal de él.Junto con Aarón, critica que se haya casado con una mujer cusita (extranjera).Y Dios la castiga con tzaraat (una especie de lepra espiritual).Es aislada siete días. Expulsada del campamento.

Y aunque Aarón suplica, y Moshé clama con una de las plegarias más cortas y poderosas:

“El na, refá na la” – “Dios, por favor, sánala”Dios no la sana inmediatamente.

¿Por qué?¿Por qué cuando Moshé pide morir lo consuelan…pero cuando Miriam habla… la aíslan?

Porque esta perashá es un espejo de todos nuestros quiebres.

  • El que se siente fuera de lugar (los hombres impuros).

  • El que idealiza su pasado porque no tolera el presente.

  • El líder que se rompe.

  • Los rebeldes que profetizan fuera del sistema.

  • La mujer justa que se equivoca y carga con todo el peso.

Behaalotejá no es una historia sobre linternas celestiales.Es una historia sobre oscuridades humanas.

Y aún así, cada acto es una invitación:a iluminar, aunque ardas.a profetizar, aunque te saquen del sistema. a permanecer, aunque no entiendas.

Porque el fuego de la Menorá subía por sí solo… pero solo si lo encendían desde abajo.


El alma que no es tuya… pero sí es tu responsabilidad

Te voy a volver a preguntar....

¿Alguna vez pensaste: “Ya no quiero vivir”?

No lo niegues. No lo maquilles con frases piadosas ni lo entierres bajo citas motivacionales. No es pecado preguntártelo. Es humano.

Y no eres el primero.


Pero hoy quiero que no los veas solo como ejemplos. Quiero que los reconozcas como espejos.

Moshé no pidió morir porque quería escapar de la vida.Pidió morir porque ya no podía con la carga.Liderar un pueblo terco, desagradecido, infiel... lo quebró. Representa a los que están hartos de sostener a todos, pero nadie los sostiene a ellos. A los que dicen “ya no puedo más”... y nadie escucha.

Elías pidió morir en soledad. Después de hacer milagros. Después de encarar reyes y falsos profetas. Porque el cansancio más duro no es el del cuerpo… es el del alma que lucha sola. Él es la voz del que siente que su misión no sirve, que su pasión no transforma, que su fuego se apaga porque no hay nadie que lo abrace.El que gritó en público, pero nadie respondió en privado.

Iyov fue distinto.Él no quería morir… quería no haber nacido.Porque cuando el dolor no tiene sentido, la existencia parece una condena.Iyov representa a quienes ya no buscan consuelo, sino explicación.A los que no aguantan más porque no entienden por qué.

Y ¿sabes qué hizo Dios?

No los regañó. No los tachó de ingratos. No los castigó.

Los dejó sentir.Los acompañó con silencio, sombra, pan, agua, ángeles.Y, sobre todo… tiempo.

Porque cuando un alma grita “quiero morir”,en realidad lo que quiere es que algo adentro deje de doler.


Pero hay un hombre… que sí se quitó la vida.

Se llamó Shaúl HaMelej.

Fue ungido, elegido, alabado.Y también fue traicionado, abandonado, desestabilizado.Perdió la voz de Dios. Perdió al profeta. Perdió el rumbo.Y se lanzó sobre su propia espada.(1 Samuel 31)

¿Sabes qué dice el Talmud?Que murió con honor.Pero no volvió.

No vivió para ver su redención. No dejó espacio a que Dios hiciera algo más.

Y tal vez por eso, su historia no es guía…Es advertencia.



¿Por qué quitarse la vida no es un “pecado”... pero sí es una tragedia espiritual?

Porque esto no va de moral.No va de cielo o infierno.Ni de puntos en una balanza.

Va de pertenencia.

Tu alma no es un accesorio.No es un premio.No es un castigo.

Es un préstamo.Un fuego que no elegiste… pero que se te confió.

Y por eso, cuando nuestra tradición se opone al suicidio, no lo hace desde el juicio.Lo hace desde el dolor.

Dolor por una chispa que no regresó a casa por el camino correcto.

Ahora… hay suicidios que no son decisiones.Hay suicidios por enfermedad mental.Por desregulación bioquímica. Por trauma.

Y en esos casos, la halajá lo ha dicho claro: no juzgues.Porque Dios es más compasivo que tú.Y la tradición —cuando no está secuestrada por fanáticos— lo sabe.

Pero cuando alguien elige apagarse creyendo que ahí encontrará paz…no comete pecado.Cae en un engaño.

Porque el alma no encuentra paz huyendo de la vida. La encuentra cuando deja de pelear con lo que es…aunque no entienda quién es.


¿Por qué queremos morir? Porque no sabemos vivir con el vacío.

La gente no se mata porque quiere morir. Se mata porque no sabe cómo sostener tanto dolor.


Porque le enseñaron que ser fuerte es no llorar.Que pedir ayuda es fallar.Que la confusión es debilidad.Y que si tienes fe, todo debe tener sentido.

Mentira. No todo tiene sentido.Pero no todo lo que no entiendes… es malo.

Y lo más brutal de todo es esto:el alma no necesita entender para resistir.Solo necesita ser acompañada.

Y mientras llega la voz de Dios…hay una que no puede faltar:

La tuya.

Tu conciencia. Tu presencia.Tu temblor y tu necedad de seguir respirando.

“Aunque no tengo profecía, tengo mi conciencia.Y si estoy de pie, temblando, llorando, pero de pie…entonces Dios aún no ha dicho Su última palabra conmigo.”—

Morir por Dios es fácil. Vivir… eso sí es difícil.

No romantices el martirio. La historia está llena de gente que murió por ideales.Pero muy pocos vivieron con verdad.

Es fácil soltar todo cuando todo duele. Lo difícil es cuidar la llama cuando ya no hay fuego. Sostenerte cuando no hay milagro.Amarte cuando ya no te sientes.

Pero ahí…ahí empieza lo sagrado.

“Kol Yisrael arevim ze bazé.”Todos somos responsables unos de otros.— Talmud Shavuot 39a

Eso no es una frase bonita.Es un contrato espiritual.

Si tú caes, yo me rompo.Si tú desapareces, algo en mí también deja de brillar.

No estamos aquí para salvarnos solos.Estamos aquí para recordarle al otro… que no está solo.


Si vas a morir… que sea simbólicamente.

Si hoy estás pensando en terminar todo…te entiendo.

Pero escúchame:

Mata la mentira. No la vida.Mata el personaje.Mata el “todo bien” que te carcome.Mata el hambre de aprobación. Mata el miedo a decepcionar. Mata la necesidad de entenderlo todo.

Pero no mates al niño que aún sueña. No mates al alma que —aunque temblando— sigue aquí.

¿Quieres rendirte?

Hazlo.

Pero ríndete a algo más grande que tú.

Ríndete a vivir. A amar. A equivocarte. A ser un fragmento imperfecto de la Luz Divina…pero vivo.


UN DÍA MÁS

Tal vez hoy no puedes rezar. Tal vez no quieres hablar con Dios .Tal vez ni siquiera sabes si crees en Él.


Pero Él sí cree en ti. Y no con palabras dulces. No con milagros.Con algo más crudo:sigue respirando dentro de ti.

¿Te dijeron que si confías, Dios va a hablarte? ¿Que si oras suficiente, Él va a responder?

Pues a veces… no responde. Ni con trueno. Ni con ángel. Ni con señal.

Y eso duele más que cualquier infierno.

Pero piénsalo:si hoy estás respirando, es porque Dios se encarnó en ti.

Tú no decidiste esta vida.Alguien más lo hizo por ti. Y no está en el cielo. No en los libros.Está en ti. En tu decisión de quedarte.

Así que no busques respuestas en las nubes.Tú eres la respuesta.

Tu “no me rindo” es un salmo.Tu “aquí sigo” es una plegaria.Tu silencio sostenido con dignidad… es fuego sagrado.

Porque sí:es fácil morir por Dios.Pero vivir por Él…Con esta incertidumbre,con este caos,con esta herida abierta que no cierra…eso es el verdadero sacrificio.

Eso es fe sin aplausos.Eso es amor sin garantía.Eso es alma de guerrero.

Y aquí está la revelación: Mientras no esté la voz de Dios… está la tuya.

Y eso basta.

¿Quieres irte?Lo entiendo.

Pero antes de irte… quédate contigo.Perdónate. Reconócete.Mírate. Abrázate.Grítate:“Estoy aquí. Para mí. Y eso basta.”

Porque si haces espacio para todo lo que vendrá, si soportas este vacío sin anestesiarlo,sin llenarlo de muerte…

Entonces sí: te vas a encontrar con alguien más poderoso que Dios.

Contigo.

Y eso…puede cambiarlo todo.


SI NECESITAS AYUDA, NO ESTAS SOL@


  • EE. UU.: 988 (Línea Nacional de Prevención del Suicidio)

  • Argentina: 135 (Línea de Asistencia al Suicida)

  • España: 024 (Línea de Atención a la Conducta Suicida)

  • México: 800 911 2000 (Línea de la Vida)



Bibliografia y Referencias


  • Bamidbar (Números) 11:15 – Moshé le pide a Dios quitarle la vida: “Si así vas a hacer conmigo, mátame de una vez.”

  • Melajim Alef (I Reyes) 19:4 – Elías pide morir: “Basta ya, Hashem. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis padres.”

  • Iyov (Job) 3:3, 3:11 – Job maldice el día de su nacimiento y se pregunta por qué no murió al nacer.

  • Shemuel Alef (I Samuel) 1:10-11 – Janá clama con amargura de alma, pide un hijo o sugiere que su vida ya no tiene sentido.(Comentario de Radak y Malbim aclaran que su súplica era con vida o muerte como posibilidad implícita).

  • Rashi (sobre Bamidbar 11:15) – Interpreta el pedido de Moshé como una súplica desde la impotencia emocional total.

  • Midrash Tanjuma, Vaetchanan 6 – Enseña que Moshé suplicó morir en lugar de ver la desgracia del pueblo.

  • Radak (sobre I Reyes 19:4) – Explica que Elías sentía haber fracasado en su misión profética.

  • Malbim (sobre Shemuel Alef 1:11) – Interpreta la oración de Janá como una expresión de desesperación casi suicida.

  • Shulján Aruj, Ioré Deá 345:1 – Sobre suicidio deliberado y cómo la halajá lo clasifica.

  • Rambam, Hiljot Avel 1:11 – Maimónides dicta las leyes de duelo y excepciones para suicidas.

  • Tzitz Eliezer (Vol. 5, Resp. 5:1) – Declara que el suicidio por angustia no se considera con plena culpabilidad.

  • Noda BiYehuda, Oraj Jaim, Mahadura Kama 35 – Distingue entre deseo de muerte por dolor emocional vs. rebelión contra Dios.

  • Viktor Frankl, El hombre en busca de sentido – La voluntad de sentido como antídoto ante el vacío existencial.

  • Brené Brown, El poder de la vulnerabilidad – Nombrar las emociones dolorosas como primer acto de sanación.

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating

SOBRE...

FECONCIENCIA - Lo que creas, creas.png

 Este es ‘FeConCiencia’. Te invito a explorar una perspectiva poco común respondiendo a estas preguntas que nos persiguen en la vida y muchos prefieren evitar.

 

Esto es para los valientes que se atreven a cuestionar y desafiar para profundizar y reforzar en su fe. Es hora de llevar nuestro entendimiento a un judaísmo maduro

POST ARCHIVE

¡Mantente conectado!

Thanks for submitting!

bottom of page