Tazria-Metzora -El Exilio
- Jack Levy
- 30 abr
- 7 Min. de lectura
Por Jack Levy
“Estar fuera del campamento se siente cómodo… hasta que te cae el veinte de que nunca fuiste hecho para vivir afuera.”

Estamos en el Galut.Sí, en el exilio.Y no, no me refiero solo a que vivas en México, Buenos Aires o Los Ángeles.Hablo de ese estado interno donde vives desconectado de lo que eres.Como si hubieras olvidado a qué cuerpo perteneces.Vives lejos, pero tan a gusto, que ni te das cuenta de que estás desconectado.
El exilio moderno no se siente como dolor.Se siente como comodidad, seguridad, estabilidad.Como si fuera una buena decisión.Y justo por eso es tan peligroso.
Esta semana recordamos la Shoá, lloramos en Yom HaZikaron, celebramos en Yom HaAtzmaut…pero al día siguiente, seguimos como si nada.Celebramos Israel… desde lejos.Encendemos velas, decimos que nos duele, que nos importa, que estamos conectados…pero no nos movemos ni un paso.
Nos volvimos expertos en romantizar la redención, sin comprometernos con ella.Nos gusta la idea de la Gueulá…pero no queremos pagar el precio de dejar el exilio.Queremos la luz, sin salir de la sombra.
Y mientras tanto, seguimos construyendo instituciones para que estar “fuera del campamento” se sienta como estar en casa.Nos hacen sentir cómodos, contenidos, parte.Pero no nos recuerdan que estamos lejos.Porque si todos despertamos… ¿quién va a seguir pagando las cuotas?
Esta semana, la Torá nos habla de alguien que fue apartado por impuro:el Metzorá, el leproso espiritual.Lo sacaron del campamento no para castigarlo, sino para que se viera.Para que enfrentara lo que traía dentro.Para que sanara.
Y nosotros, ¿cuándo fue la última vez que nos preguntamos si estamos sanos?¿O si simplemente nos adaptamos al exilio?
Dime algo con el corazón en la mano:¿De verdad crees que el lugar donde estás ahora es tu lugar?¿O ya te resignaste?
Porque esta semana la Torá no dice: “estás impuro”.Dice algo más profundo:“Ey… ¿cuándo vas a volver?”
TAZRIA & METZORÁ

La lepra que no mata, pero sí aísla.
Esta semana leemos dos perashiot unidas: Tazria y Metzorá.Y sí, son probablemente de las secciones más ignoradas del libro de Vayikrá.Porque hablan de cosas raras: manchas en la piel, secreciones del cuerpo, casas que se contaminan, rituales de purificación, aislamiento obligatorio.
Uno las lee y piensa:“¿Esto qué tiene que ver conmigo? ¿Qué hago con una perashá que habla de lepra si ni vivo en el desierto, ni tengo un sacerdote, ni me está saliendo sarna espiritual?”
Pero ahí está el error.Porque la Torá no está contando dermatología antigua.Está contando realidades humanas que siguen vivas.
¿QUÉ ES LA TZARÁAT?
No es lepra como la conocemos hoy (enfermedad de Hansen).La tzaráat es una manifestación física de una desconexión espiritual.Una mancha blanca que brota en la piel como si el alma gritara:“¡Ey! Algo no está bien aquí adentro.”
Según nuestros sabios (Midrash, Rambam, Rambán, Baal HaTurim),esta tzaráat aparece como consecuencia de ciertos comportamientos:
Lashón Hará (hablar mal de otro)
Orgullo excesivo
Crueldad emocional
Hipocresía encubierta
Falta de responsabilidad moral
Y cuando aparece, no se tapa.No se maquilla.No se justifica diciendo “todos lo hacen”.Se expone.Se lleva ante el kohén.Y si el sacerdote confirma que hay tzaráat, la persona es enviada fuera del campamento.
¿POR QUÉ SE LE AISLA?

Porque no es solo un tema personal.Es una señal de que su energía afecta al cuerpo entero del pueblo.Y hasta que no se limpie, no puede formar parte del colectivo.
Pero lo más potente es esto:No se le castiga.Se le da un espacio para verse a sí mismo.Para sentarse con su soledad.Con su dolor.Con su vergüenza.Con su verdad.
Es un proceso de teshuvá, pero radical.No de palabras.Sino de aislamiento, introspección y transformación.
Y una vez que sana, no vuelve igual.Vuelve con más humildad.Con más conciencia.Con más humanidad.
¿Y QUÉ TIENE QUE VER ESO CON NOSOTROS?

Todo.
Porque tú puedes no tener manchas en la piel…pero sí tener el alma desconectada.Puedes no estar físicamente “fuera del campamento”...pero vivir como si no fueras parte real del cuerpo de Israel.
Puedes seguir asistiendo al templo, a las clases, a los actos…pero estar emocional, espiritual y existencialmente en Galut.
Y esta perashá no viene a juzgarte.Viene a despertarte.A decirte:
“Hay una mancha que estás evitando mirar.No para que te castigues,sino para que te atrevas a volver.”
YOM HASHOÁ – LA PIEL QUE GRITÓ DEMASIADO TARDE

Seis millones.No son un número.Son un espejo que nos parte la cara si lo vemos de frente.Porque la Shoá no fue solo una tragedia.Fue una señal.
Un grito desgarrador del alma colectiva de Israel que nadie quiso oír a tiempo.Una tzaráat a nivel nacional:Nos habíamos mimetizado tanto con Europa que ya no sabíamos que estábamos afuera del campamento.
Vivíamos en Berlín, en París, en Viena…y creíamos que eso era el hogar.Nos premiaban, nos integraban, nos daban Nobel y conciertos de música clásica.
Hasta que la mancha apareció.Y no en la piel…sino en los trenes.En los hornos.En el silencio del mundo.
"No fue el odio lo que más dolió.Fue el olvido de quiénes éramos."
La Shoá nos expulsó a la fuerza.Nos recordó que nunca fuimos del todo parte.Que no importaba cuán asimilados estábamos…seguíamos siendo el pueblo apartado.
La Torá ya lo decía:“Serás pueblo separado entre las naciones.”Pero confundimos separación con exclusión.Y terminamos arrastrados por un exilio que ya se había podrido por dentro.
YOM HAZIKARON – LA SANGRE QUE SELLÓ EL RETORNO

Después de la tzaráat, viene el regreso.Pero no es gratis.No es poético.Es doloroso.
Cada soldado caído.Cada víctima de atentado.Cada familia rota.
Yom HaZikaron es la cicatriz de la Gueulá.Es el recordatorio de que volver al campamento cuesta sangre.
No hay regreso limpio.No hay libertad sin pérdida.Y no hay redención sin duelo.
Israel no fue fundado con discursos…sino con cuerpos.Cuerpos que sabían que volver significaba pelear.Significaba dejar el exilio cómodo y pisar la tierra que no perdona al que duda.
YOM HAATZMAUT – EL CAMPAMENTO RECONSTRUIDO

Y aún así… volvimos.Volvimos como Adán cuando abre los ojos y ve tierra bajo sus pies.Volvimos como el Metzorá cuando el kohén le dice: “estás limpio, puedes volver.”
Y la tierra nos esperó.Como una mujer que, después de años de soledad, vuelve a humedecerse cuando siente cerca al que ama.
Volvieron los dátiles.Volvió el vino.Volvió el hebreo.Volvió la fertilidad.Volvió la fuerza.
Y no solo volvieron judíos.Volvieron almas.Chispas.Mundos enteros de sabiduría que estaban dormidos en otras tierras.
Y cada uno trajo lo mejor de donde venía.Y la tierra lo absorbió todo.Y respondió.Como si dijera:
“Ahora sí. Ya estás en casa.”
PERO…
Y aquí viene la parte que nadie dice en los discursos institucionales:
Seguimos fuera del campamento.
Muchos.La mayoría.No por obligación.Sino por elección.Por comodidad.Por miedo.Por anestesia.Y a veces… por culpa de instituciones que necesitan que te quedes.Porque si todos nos vamos…¿quién mantiene el show?
Así que te dan una versión segura del judaísmo.Una que no incomoda.Que no te exige retorno.Que no habla de Israel más allá de la tzedaká y la bandera.
Y entonces tú sigues ahí.Celebrando la independencia…desde el exilio.
EL GALUT COMO MISIÓN: ¿EXILIO O ENCARGO?

No todo el que está en Galut está perdido.Algunos están en misión.Y eso tiene raíces profundas en la mística judía.
El Arizal, maestro de maestros de la Kabalá, enseñó que cuando se rompieron los recipientes (Shevirat haKelim), las chispas de luz divina se esparcieron por todo el mundo.Y a nosotros —los que portamos alma de Israel— nos tocó ir detrás de esas chispas.
Conversos.Ideas.Momentos.Palabras.Encuentros que abren puertas en lugares que parecían cerrados a Dios.
Esa es una visión poderosa del Galut.Pero también peligrosa si se malentiende.
Porque sí: hay chispas afuera.Pero el que las busca sin saber que está afuera, termina quemado por su propia confusión.
Solo puedes rescatar una chispa si sabés que está dispersa.Y solo sabés eso si tenés claro dónde está tu centro.
El que olvida Sión, dice el Salmo, que su lengua se le pegue al paladar.El que olvida Jerusalén, olvida quién es.
Entonces sí, puede que estés en Galut por una razón.Pero pregúntate de frente:
¿Estás redimiendo chispas…o simplemente te quedaste a vivir cómodo entre ellas?
LA TIERRA RESPONDE: UN LLAMADO A LOS QUE RECUERDAN

Y mientras tanto, allá…la tierra espera.Pero ya no como una madre triste.Ahora como una mujer viva. Deseante. Fértil. Lista.
Te voy a contar algo que parece un dato curioso, pero no lo es:Después de una operación secreta del Mossad, Israel logró traer semillas de dátil medjool de otros países.Y cuando las plantaron…la tierra respondió con el mejor dátil del mundo.
Porque la tierra no es cualquier tierra.Es ella.La que estaba esperando.La que reconoce a sus hijos.La que responde solo a ciertas manos, ciertas almas, ciertos corazones.
En el Mar Muerto —donde todo debería morir—un whisky joven madura al nivel de uno escocés de 18 años.Porque el aire, la presión, el calor… aceleran la transformación.
Y eso es Israel:Una tierra que, cuando te recibe, te transforma.
Lo ves en los olim:gente que llegó con lo mejor de sus culturas, de sus tierras, de sus talentos.Y allá… todo florece distinto.Porque no es solo tierra.Es alma que late bajo la superficie.
EL CICLO ESTÁ VOLVIENDO A CERRARSE
Adam fue creado con el polvo de los cuatro rincones de la tierra.Pero su origen fue Israel.De ahí fue formado.De ahí salió el primer hálito.Y desde ahí se expandió todo.
Ahora… estamos regresando.No solo físicamente.Espiritualmente.Históricamente.Cósmicamente.
El mundo está colapsando.Las certezas modernas están tambaleando.Y la tierra de Israel se vuelve a humedecer.Como quien dice:“Estoy lista. ¿Y tú?”
CIERRE – ¿QUÉ HACES TODAVÍA FUERA DEL CAMPAMENTO.

Hay un punto en la vida en el que ya no basta con entender.Ni con sentir.Ni con celebrar desde lejos.
Hay un punto donde o vuelves…o te resignas.
Y si llegaste hasta aquí, quiero que te respondas una cosa con brutal honestidad:
¿Qué estás haciendo todavía fuera del campamento?
¿Sigues diciendo que estás en Galut por una misión…pero ni siquiera recuerdas cuál era?
¿Sigues hablando de Gueulá…pero en el fondo no querés que nada cambie?
¿Celebras Yom HaAtzmaut con la boca…pero sigues sin pisar la tierra que te formo?
¿Recuerdas la Shoá…pero vives como si nada pudiera volver a repetirse?
La tierra está viva.Y te está esperando.No para que llegues perfecto, ni listo, ni santo.
Sino para que llegues despierto.Presente.Entero.Con tu herida.Con tu cicatriz.Con tu historia.
El Metzorá no volvió igual.Volvió transformado.
Y tú…¿vas a seguir decorando tu exilio con discursos bonitos y pretextos espirituales?¿O vas a mirar tu mancha, aceptar que estás lejos… y decidir volver?
Porque volver no siempre significa mudarte.Pero sí significa alinearte, Estar DISPUESTO. Con tu historia.Con tu pueblo.Con tu misión.Con la tierra que te llama desde hace más de dos mil años.
Dios hoy te pregunta:¿Dónde estás?¿Qué estás esperando? ¿Vas a seguir en Galut… o ya estás volviendo?
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