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En busca de la Validación Social: Una Reflexión Crítica a nuestra Comunidad

Actualizado: 1 feb 2024


El Desafío de la Validación Social en Nuestra Comunidad

En el corazón de nuestra comunidad se libra una batalla silenciosa pero tenaz: la búsqueda incesante de validación social. Esta búsqueda nos empuja a valorar más las percepciones ajenas sobre nosotros que nuestro propio desarrollo personal y la autenticidad de nuestras relaciones. En este ensayo, nos proponemos reflexionar críticamente sobre cómo esta necesidad de aprobación externa erosiona el tejido de nuestra comunidad y restringe nuestras oportunidades de aprendizaje y crecimiento.

Un aspecto particularmente preocupante en nuestra comunidad es la tendencia a rechazar la diversidad religiosa y de pensamiento. Nos cerramos a menudo frente a aquellos que no comparten nuestras creencias religiosas o ideológicas. Esta exclusión o juicio prematuro hacia los demás sin darles oportunidad de expresarse, nos priva de las riquezas que la diversidad ofrece. Limitarnos a relacionarnos solo con quienes comparten nuestras opiniones impide que aprendamos y crezcamos a través del diálogo y la comprensión mutua.

A lo largo de este texto, examinaremos ejemplos concretos de cómo esta resistencia a aceptar perspectivas diferentes nos cierra las puertas a valiosas 'joyas ocultas' en nuestro entorno. Abordaremos cómo superar esta barrera autoimpuesta es crucial para el desarrollo integral de nuestra comunidad

Moisés: La Ironía de un Líder Extranjero

Consideremos la figura de Moisés, un líder cuyo origen y trayectoria podrían haberlo llevado al rechazo en nuestra comunidad actual. Criado en la corte del Faraón y exiliado en tierras extranjeras, Moisés era, en todos los aspectos, un forastero. Pero, ¿qué hubiera sucedido si, debido a su procedencia y su vida en Mitzraim y Midián, hubiéramos rechazado a Moisés? ¿Hubiéramos descartado a uno de los líderes más trascendentales de nuestra historia simplemente por su 'extranjería'?

Este escenario hipotético plantea una pregunta incómoda pero necesaria: ¿Cuántas veces hemos cerrado las puertas a individuos valiosos por prejuicios infundados? Moisés, un hombre cuya verdadera capacidad solo se reveló a los 80 años, nos desafía a reconsiderar nuestras nociones de quién merece ser líder y mentor. ¿Estamos ignorando a las 'joyas ocultas' de nuestra comunidad simplemente porque no encajan en nuestro estrecho molde de lo que es familiar y aceptable?



Rabbi Sacks: Un Puente entre la Tradición y la Innovación

Otro ejemplo común en nuestra comunidad es la resistencia hacia aquellos que proponen cambios en nuestras tradiciones establecidas. Muchas veces nos aferramos a una mentalidad rígida y tememos que ser flexibles resulte en la pérdida de nuestra tradición e identidad. Sin embargo, es interesante observar a líderes como Rabbi Sacks, quien a pesar de denominarse ortodoxo, logró abrir espacios de diálogo, reconocimiento y reflexión, considerando las oportunidades de mejora que podrían surgir de la innovación y los diferentes tipos de pensamiento.

Es irónico notar cómo a lo largo de la historia del pensamiento judío, incluso figuras tan destacadas como Maimónides han sido condenadas y excomulgadas por radicales que se resistían a aceptar nuevas ideas, como las influencias aristotélicas en su obra. Incluso después de su muerte, algunos extremistas denunciaron sus escritos y los arrojaron a las llamas, negando así la riqueza de sus enseñanzas, desafortunadamente nuestra comunidad no esta exento de este tipo de comportamientos.

Este tipo de reacciones extremas y la falta de apertura hacia nuevas perspectivas limitan nuestro crecimiento como comunidad. Debemos recordar que la tradición no debe ser un obstáculo para la evolución y el progreso. Ironicamente Rabbi Sacks argumentaba que la unica forma de crecer era dando espacio a personas diferentes a nosotros, reconociendo y respetando la dignidad de la diferencia. En lugar de temer a los cambios, deberíamos considerar cómo pueden enriquecer y fortalecer nuestras creencias y prácticas.


David; el hijo de la que no era de la comunidad

La historia de David, el menor de sus hermanos y descendiente de Ruth la moabita, nos invita a reflexionar sobre las joyas que muchas veces poseemos dentro de nuestra comunidad, pero que no valoramos debido a prejuicios o juicios superficiales. ¿Hasta cuándo esperaremos para reconocer y valorar el potencial y la sabiduría que pueden aportar aquellos que son diferentes a nosotros?


Diálogo y Diversidad: El Caso de los Rabinos Dwek y Sacks

En el contexto de nuestra reflexión sobre la diversidad religiosa y las diferentes denominaciones, es relevante mencionar un interesante diálogo que tuvo lugar en una entrevista realizada por The Synagogue Council of America a los principales rabinos de la comunidad de Inglaterra, tanto sefaradí como ashkenazí: el Rabino Dwek y el Rabino Sacks, respectivamente. La discusión giraba en torno a la importancia de reconocer y valorar las diferencias en nuestra comunidad.

En la entrevista, el Rabino Sacks argumentó que debemos reconocer y no ignorar las diferentes denominaciones, ya que la halaja (ley religiosa judía) es clara en cuanto a la identificación de quién es judío. Independientemente de los ideales y prácticas, todos formamos parte de la comunidad. Por su parte, el Rabino Dwek destacó que las divisiones en las comunidades sefaradíes son mucho más sutiles, ya que todos se denominan Judíos, pero hay quienes están más comprometidos con el cumplimiento de la ley que otros. Esta diferencia podría deberse al intelectualismo que prevalecía en Europa y la comunidad ashkenazí, donde las personas letradas planteaban cuestionamientos importantes sobre su judaísmo y espiritualidad. Al no encontrar respuestas concretas, tuvieron que recurrir a nuevos enfoques de judaísmo más significativos que se ajustaran a su visión de una práctica más enriquecedora, manteniendo el trasfondo y modificando la forma, surgiendo asi las diferentes denominaciones. Por otro lado, los sefaradíes, al tener una mejor comprensión del trasfondo, eran más flexibles en su enfoque y, hasta el día de hoy, se entiende de manera inconsciente que una persona que no cumple estrictamente con la ley no necesariamente carece de desarrollo espiritual.

Este diálogo nos brinda una perspectiva valiosa sobre la importancia de atender a aquellos que tienen planteamientos de vida diferentes a los establecidos por la ortodoxia tradicional. Si no los incluimos y abrimos espacios de diálogo y conversación, corremos el riesgo de generar fragmentación dentro de nuestras comunidades. Podemos encontrar una resonancia con lo sucedido en la historia de Jesús y sus seguidores, donde en lugar de atender y abrir espacios para el diálogo, preferimos condenar y dividir, lo que resultó en una posible pérdida de valiosas contribuciones para la comunidad.

Como dice el refrán, "los platos sucios se limpian en casa". Pienso que la necesidad de abordar las diferencias y los desafíos internamente, en un ambiente de respeto y apertura, en lugar de juzgar y excluir a aquellos que no se ajustan a nuestras expectativas preestablecidas es clave para una convivencia sana y fructífera.

Conclusión: Rompiendo Barreras para un Crecimiento Colectivo

Este afán de validación social nos lleva a cerrar nuestras mentes a nuevas ideas y perspectivas. Nos apegamos a nuestros propios argumentos para desvirtuar y desacreditar a aquellos que no comparten nuestras creencias, en un intento de reforzar nuestra autoestima y mantener intactas nuestras ideas preconcebidas. Nos construimos barreras mentales para proteger nuestros ideales, limitando nuestro crecimiento y aprendizaje. Sin embargo, debemos recordar la importancia de la humildad, tal como se evidencia en la exaltación de Moisés al final de la Biblia. La humildad implica reconocer que no poseemos todas las respuestas y que siempre hay algo más por aprender. Al hacerlo, nos volvemos vulnerables a nuevas ideas y flexibles en nuestra mentalidad, lo que nos impulsa hacia un crecimiento continuo.

Es hora de romper con este ciclo de validación social y apertura selectiva. Debemos valorar las joyas ocultas que existen en nuestra comunidad, sin importar su religión, credo o perspectiva reformista. No podemos permitir que nuestras diferencias nos dividan, sino que debemos verlas como oportunidades para el enriquecimiento mutuo y la expansión de nuestros horizontes. Al abrir nuestras mentes y corazones a la diversidad de pensamiento y creencia, podremos construir una comunidad más inclusiva, respetuosa y en constante crecimiento.


El Talmud nos enseña una valiosa lección: "¿Quién es inteligente? El que aprende de todo hombre". Siguiendo este principio, invito a nuestra comunidad a ser más abiertos y receptivos, a buscar el aprendizaje en cada interacción y a valorar las perspectivas diversas que nos rodean. Solo a través de la apertura y la aceptación de las joyas ocultas en nuestro entorno, podremos alcanzar un crecimiento individual y colectivo verdaderamente extraordinario.


Y Tú, ¿qué piensas?

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