Behar–Bejukotai -La Mejor Defensa
- Jack Levy
- hace 1 día
- 6 Min. de lectura
Por Jack Levy
Cuando aprendí ajedrez, Mi Papá me dijo una frase que se me quedó marcada como una estrategia de vida:
"La Mejor Defensa… Es el Ataque."

Y en ese momento, tenía sentido.Después de todo, en el tablero, como en la vida, hay que estar alerta.Moverse antes que el otro.Anticipar. Ganar terreno.
Con los años, esa lógica se me fue metiendo en la piel.Sin darme cuenta, la llevé más allá del juego.A las relaciones. A mi forma de responder. A cómo procesaba el conflicto.Mi manera de estar en el mundo se volvió eso: una respuesta constante.Una defensa anticipada.Una necesidad de demostrar que yo podía, que no me iban a agarrar desprevenido.
Y funcionó… hasta que dejó de funcionar.
Porque a veces te das cuenta de que estás peleando con enemigos que ya no existen.Que sigues reaccionando aunque nadie te esté atacando.Que hay algo en ti que se mueve antes de pensar… como si todavía estuvieras en guerra.
Y la Torah lo dice con una crudeza estremecedora:
“Tropezarán el uno con el otro como ante la espada, pero no habrá quien los persiga.”(Vayikrá 26:37)
No es metáfora. Es diagnóstico espiritual.Vas a sentirte bajo ataque… aunque no haya enemigo.Vas a correr… aunque nadie te esté siguiendo.Vas a tropezar contigo mismo.
Eso es vivir desalineado.No porque Dios te castigue…sino porque tú mismo alimentaste al perseguidor que ya no está afuera, sino adentro
Porque a veces te das cuenta de que estás peleando con enemigos que ya no existen.Que sigues reaccionando aunque nadie te esté atacando.Que hay algo en ti que se mueve antes de pensar… como si todavía estuviera en guerra.
Y entonces te preguntas:
¿Hasta cuándo vas a vivir reaccionando? ¿Quién serías sin esa urgencia de defenderte?¿Y si el verdadero dominio no está en atacar, sino en sostenerte cuando todo dentro de ti quiere explotar?
¿Y si madurar no es volverte más fuerte… sino más sereno?

Behar y Bejukotai no traen milagros ni revelaciones espectaculares.Traen algo más exigente: orden interno.
En Behar, la Torah introduce dos leyes que interrumpen el ritmo de la inercia: Shemitá, el descanso de la tierra cada siete años.Y Yovel, el reinicio total cada cincuenta: se perdonan deudas, se liberan esclavos, las propiedades regresan.
El mensaje es claro:Detente. Suelta. Confía.No todo se trata de producir. No todo es tuyo. No todo debe seguir como va.
Pero… ¿y si no lo haces?
Ahí entra Bejukotai.Y no con castigos arbitrarios, sino con una lista de consecuencias que nacen de una sola idea: desalineación.
“Si caminan en Mis estatutos…” (Vayikrá 26:3)
No dice si entienden. No dice si ganan.Dice si caminan.
Caminar es avanzar con ritmo.Es no dejarte arrastrar por el impulso.Es no romper el compás interno que te sostiene.
Y cuando no caminas…cuando te sales del camino, no necesitas a un Dios enojado para que todo colapse.Tú mismo te fragmentas.
Por eso repite:
“Si no escuchan… les añadiré siete veces más dificultades” (Vayikrá 26:18, 21, 24, 28)
No es amenaza.Es un espejo.
La tradición enseña que el alma tiene siete dimensiones emocionales.Y cuando una se desequilibra, las otras caen detrás:
El cariño se vuelve apego.
La fuerza, violencia.
La conexión, adicción.
La expresión, grito.
No porque Dios te castigue…sino porque dejaste de habitar tu diseño.
Bejukotai es una advertencia envuelta en poesía dura:“Si te desconectas de tu centro… hasta la luz empieza a doler.”
Y ahí fue cuando me cayó el veinte… viendo una pelea de Mayweather.
Siempre me parecieron aburridas. Tediosas.Nunca le encontré gracia.No atacaba. No se lucía. Solo se movía, esquivaba, esperaba.Y aun así… ganaba.
No ganaba por fuerza.Ganaba por estrategia.Por no desgastarse.Por dejar que el otro se cansara solo.
Y ahí entendí algo que cambió mi manera de ver el dominio interno:
Tal vez no se trata de golpear.Tal vez se trata de sostenerte.De hacer fallar al impulso.De no responder a todo lo que duele, arde o provoca.
Eso es dominio.No responder por impulso.No hacer ruido solo porque puedes.No defenderte de lo que no te amenaza.
Como decía Viktor Frankl:
"Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio.En ese espacio está nuestra libertad."
Esa es la lección de esta semana: No corras. No reacciones. Camina. Alinea tu ritmo con algo más alto que tú.Y vas a ver cómo el impulso que antes te dominaba… se empieza a callar solo.
Y si no aprendes a hacer pausa, a observar, a respirar antes de responder…acabas siendo tú mismo el que le echa más leña al fuego.Te conviertes en cómplice del impulso que decías querer vencer.

Dices que quieres dejar de explotar… pero justificas tu enojo.Dices que quieres sanar… pero sigues buscando pruebas de que te quieren lastimar.Dices que quieres paz… pero alimentas cada pensamiento que te enciende.Le das de comer al enemigo que llevas dentro.
Eso es lo que enseña el Talmud cuando dice que el Satan, el Yetzer Hará y el Malaj HaMavet son el mismo (Bava Batra 16a). Primero te tienta.Luego te acusa.Y si te agarras del anzuelo… te arrastra.
Pero no porque sea más fuerte que tú.Sino porque tú lo alimentaste.Con tus excusas.Con tu falta de presencia.Con tu necesidad de tener razón.
Ese pensamiento negativo… ¿qué pasa si no lo sigues?Esa necesidad de controlar… ¿qué pasa si no la obedeces?Esa herida vieja que vuelve… ¿qué pasa si no reaccionas?
No se trata de vencer al Yetzer Hará.Se trata de no ayudarle.De dejarlo sin energía.De aprender a ver el fuego sin echarle más madera.
Porque a veces, la llama más peligrosa… no es la que te ataca.Es la que tú mismo no sabes dejar morir.
Aprender a Responder
Tal vez llevas años peleando contigo mismo sin saberlo.Atacando lo que no entiendes.Defendiéndote de lo que no te amenaza.Reaccionando antes de darte el permiso de sentir.
Y así se te va la vida: en automático.Sin darte cuenta, cada vez que re-accionas, vuelves a lo mismo.No estás actuando… estás repitiendo.Volviendo al patrón.Al niño herido. A la historia sin cerrar.
Pero como enseña Michael Brown, no es lo mismo reaccionar que responder.La reacción viene del pasado.La respuesta nace en el presente.
Cuando reaccionas, actúa el miedo.La urgencia.La necesidad de protegerte sin pensar.
Pero cuando respondes…estás ahí.Presente.Íntegro.Adulto.
La Torah no te pide que ganes.Te pide que camines.
"Im bejukotai teleju…" — “Si caminan en Mis caminos…”
Caminar es no cederle el volante al impulso.Es no actuar desde la herida… sino desde la elección. Desde el amor que ahora sabes darte.

Y si no sabes cómo hacerlo, aquí va algo que a mí me sirve.Cuando era niño, si me caía o algo me dolía, la única manera en que lograba calmarme…era con mi mamá abrazándome, dándome golpecitos en la espalda y repitiendo:
“Ya pasó, mi vida… ya pasó, mi reycito.”
Hoy, ya soy un adulto.Y me toca a mí hacer ese trabajo.Cada vez que siento que esa voz dentro de mí quiere reaccionar,me pongo la mano en el pecho, cierro los ojos un segundo…y me digo con ternura:
“Tranquilo, mi rey… ya pasó. Aquí estoy yo.Yo me encargo.No desde el miedo.Sino desde el amor.No para reaccionar.Sino para responder.”
Y entonces algo adentro cambia.No por fuerza, sino por presencia.
Porque cada vez que no reaccionas,cada vez que respondes con conciencia,no solo calmas el momento…sanas la raíz.Rompes el ciclo.
Hoy entiendo que esa frase que aprendí en el ajedrez no era del todo falsa…pero estaba incompleta.
“La mejor defensa es el ataque” puede funcionar en el tablero.Pero en la vida, en el alma, en el corazón…la mejor defensa es la presencia.
Es saber esperar.Es aprender a ver sin correr.Es contenerte sin romperte.
Porque cuando puedes mirar a tu impulso a los ojos sin obedecerlo…ahí sí:jaque mate.
Bibliografía y Referencias
Vayikrá 25–26 – Texto base de las parashot Behar y Bejukotai, donde se exponen las leyes de Shemitá, Yovel y las consecuencias de caminar o no en los estatutos divinos.
Ramban (Najmánides) sobre Vayikrá 25:55 – Explica que el Yovel es una restauración del orden espiritual y social original.
Sforno sobre Vayikrá 26:3 – Interpreta “bejukotai teleju” como una invitación al estudio constante de la Torá como camino de transformación interior.
Talmud Bavli, Bava Batra 16a – Enseña que el Satán, el impulso del mal (Yetzer Hará) y el ángel de la muerte son manifestaciones del mismo principio: la desconexión del alma de su propósito.
Pirkei Avot 4:1 – “¿Quién es fuerte? El que domina su impulso.”
Michael Brown, The Presence Process – Diferencia fundamental entre reacción (automática, inconsciente, basada en el pasado) y respuesta (consciente, presente, elegida).
Viktor Frankl, El hombre en busca de sentido – Introduce la idea de que entre estímulo y respuesta hay un espacio donde reside nuestra libertad y crecimiento.
Comments